Renacimiento

En el medievo coexistieron en Europa muchos instrumentos de mástil, algunos ya denominados guitarra, como es el caso de la guitarra morisca o sarracénica y la latina, en el caso de la península ibérica, con versiones similares en Europa occidental como son los casos de las Cittern, Cistro, Guiterne, Guitere, Quinterne, Gittern y Ghittern. La diferencia más notable entre los mismos con sus predecesores se encontraba en el mástil más corto, semejantes a un antiguo laúd afgano denominado Barbat, que a su vez influenció al Ud egipcio.

fondoLa vihuela fue el instrumento predominante en España durante el siglo XVI.

Mientras que la guitarra morisca adoptaba una caja de resonancia semielipsoidal más cercana a la caja del Ud, la guitarra latina comenzaba a adelantar las características de la guitarra. Su caja de resonancia tenía forma de óvalo estrechado con puntas en la zona del mástil, tenía ya una tapa con aros y fondo paralelo, y una boca adornada con motivos moriscos similar a la de la vihuela de mano renacentista. Otro instrumento de medieval de importancia fue el Laúd, una versión hispánica del Ud egipcio, generalmente con trastes y cuatro o cinco cuerdas de metal o tripa que se ejecutaba mediante una pluma de ave u otros plectros.

El arte pictórico revela que el medioevo se caracterizó por la indefinición en lo concerniente a la construcción de cordófonos, tanto desde el punto de vista nominal como en el formal. Tampoco existía la estricta definición que hoy existe en la técnica de los instrumentos, y un mismo instrumento podía ser tocado con arco, plectro o pulsado con dedos y seguramente también con uñas sin cuidado. Recién hacia finales del medievo, entre los siglo XIV y XV se comienza a sistematizar en Europa occidental las formas y características de los instrumentos musicales y especialmente en lo concerniente a la construcción de cordófonos.

Los cambios socio-económicos que se producen en el renacimiento marcarán el comienzo de una edad moderna que efectuará cambios trascendentales sobre la música culta, hasta ahora dirigida principalmente por la iglesia católica. La polarización cada vez mayor de los débiles feudos medievales en monarquías autoritarias donde el poder se concentraba en una familia, sumado a la crisis de una iglesia católica que no supo adaptarse a los nuevos tiempos ni a las lenguas romances que poblaban Europa condujo a un arte nuevo en donde las temáticas laicas cobran importancia y a una nueva fragmentación en la iglesia de Simón Pedro. En 1517 Martin Luther inicia la reforma protestante al remachar noventa y cinco tésis de propia autoría en la iglesia de Wittemberg que rápidamente son difundidas mediante la imprenta. La invención de la misma a manos de Johannes Gutenberg (1398 – 1468) sobre la década de 1440 será un incentivo para extender el espectro demográfico de la tipografía musical y para el desarrollo de nuevas formas de escritura más acorde con las posibilidades de la nueva tecnología. Así surge la tablatura alemana, especialmente adaptada para el invento de Gutenberg, y posteriormente las tablaturas francesa, napolitana y española, mejor aclimatadas para los músicos.

Europa había conocido en el trecento de la mano de Marcopolo (1254 – 1324) al papel moneda, que había sido inventado en el extremo oriente y era fabricado mediante un débil pero económico papel de seda. Éste papel abarataba los caros costes de publicación del antiguo a base de cuero de carnero y promovía un comercio más fluido. La caída de Bizancio a manos del imperio Otomano en 1453 dificultó el acceso geográfico a estas mercaderías, lo que supuso una necesidad de buscar trayectos alternativos. Las coronas de la península ibérica, que culminan la ardua reconquista, deciden invertir en la exploración como solución, lo que conduce a Vasco da Gama (1460 – 1524) a bordear el continente africano y a Cristoforo Colombo (1451 – 1506) a descubrir América. Esto da comienzo al mercantilismo como modelo económico y a la aparición de una proto-burguesía que nace como resultado la importancia cada vez mayor de los mercaderes y el comercio. Nace un arte individualista orientado a esta clase social, uno en el que se retrata también lo cotidiano, nace música que puede tener fines pedagógicos y recreativos y no necesariamente debe transportar al mortal hacia la iluminación del kósmos noetós.

Entre los libros en cifra con fines pedagógicos cabe citar sin duda el nombre de Adrien Le Roy (c. 1520 – 1598) que publicó tanto métodos como compilados para principiantes entre los que se debe destacar su método de cistro «Brève et facile instruction pour apprendre la tablature», los perdidos «Méthode de guitare» y «Méthode de mandore», su método de Laúd «Instruction pour le luth». Especialmente entre los autores castellanos como el vihuelista Luys Milan (1510 – 1580), que publicó «El Maestro», la metodología se concentró en la enseñanza del mecanismo, la técnica de la variación, el acompañamiento y la enseñanza de la ornamentación. Los métodos alemanes como «Ein newes Lautenbuchlein» de Hans Newsidler (1508 – 1563), en cambio, contienen particularmente lecciones de que cumplen la doble función de iniciar al aprendiz en el complejo sistema de escritura alemán y a la vez en el aprendizaje de escala musical mediante patrones que se transportan diatónicamente. La música deja de ser un pecado carnal para transformarse en una de las recomendaciones que Nicolás Maquiavelo (1469 – 1527) dirige a la nobleza que busca al humanismo como forma de crecimiento personal.

Surgen los primeros tratados organológicos como los de Sebastian Virdung (1465 – ?) y Michael Praetorius (1571 – 1621) que dan noticia de los instrumentos que circulan en el mercado, de los que se pueden destacar tres antecesores de la guitarra: El laúd, la guitarra renacentista y la vihuela de mano.

fondoEl tocador de Laúd de Caravaggio (1571-1610).

El laúd es el instrumento predilecto en las cortes de Europa occidental y la península itálica, surge a partir del laúd tardo-medieval, que se ha decantado finalmente por las cuerdas de tripa en perjuicio de las de metal, lo que conlleva ha abandonar también el plectro en beneficio de las yemas de los dedos, que a su vez favorece a la nueva música polifónica. Ésta versión renacentista posee generalmente seis órdenes dobles, aunque a medida que avanza el período se le comienza a agregar bordones que no forman parte del mástil y son utilizados para pulsar a modo de arpa grave suplementaria. Si bien era un instrumento conocido y ejecutado en España, su repertorio es mayor en europa occidental, central y en la península itálica. La producción de laúd es inmensa. En italia se destaca la producción de Francesco Spinacino y Joan Ambrosio Dalza, quienes florecieron en las primeras décadas del siglo XVI, y Vincenzo Capirola (1474 – 1548). En francia publicaron Pierre Attaingnant (1494 – 1551), Albert de Rippe (1500 – 1551), Guillaume de Morlaye (1510 – 1558), Jean-Baptiste Besard (1567 – 1625) y Le Roy junto con Robert Ballad (1572 – 1650). Alemania legó a Hans Judenkönig (1450 – 1526), Arnolt Schlick (1455 – 1521), el ya citado Hans Newsidler y sus dos hijos Conrad (1541 – 1603) y Melchior (1531 – 1590).

Inglaterra se destacó especialmente en éste período, entre los autores más tempranos es posible citar a John Johnson (1545 – 1594), Anthony Holborne (1545 – 1602), Francis Cutting (1550 – 1595). Probablemente el laudista inglés con mayor consideración en su época fue Daniel Bacheler (1572–1619)1, aunque también se podría considerar para éste puesto a John Dowland (1563–1626), que fue uno de los músicos mejor pagados de su época y ejerció especial influencia en la vanguardia inglesa y su canción “Come, heavy sleep” es el tema principal del “Nocturnal” de Benjamin Britten. Su hijo Robert Dowland (1591 – 1641) lo sucedió en la corte escocesa. Thomas Campion (1567–1620) tiene una basta obra para laúd y además un tratado de contrapunto titulado «A New Way of Making Fowre Parts in Counterpoint By a Most Familiar and Infallible Rule». Otros autores fueron John Danyel (1564 – 1626), Robert Johnson (1580 – 1634) y Philip Rosseter (1567–1623).

En la península ibérica la vihuela desplazó al laúd medieval, posiblemente rehuyendo del origen musulmán que la vihuela no poseía inmediatamente por descender de la viela, instrumento medieval que podía ser tocado con plectro o con arco y a su vez era una derivación de la lira bizantina. No poseía grandes diferencias con el laúd más allá de la forma de la caja de resonancia. Como el laúd, era pulsado con las yemas. Incluso su afinación y técnica eran similares, lo que sumado al sistema de escritura por tablatura permitía a los instrumentistas intercambiar y tocar las piezas de un instrumento en otro sin mayor dificultad. Había variantes del instrumento con ordenes simples e incluso con siete dobles. La cantidad de compositores para el instrumento es más reducida que la del laúd, entre ellos se encuentran los ya mencionados Luys Milan y Alonso Mudarra, y otros como Diego Pisador (1509 – 1557), Luys de Narváez (1526 – 1549), Esteban Daza (1537 – 1591), Miguel de Fuenllana (1553 – 1578), Enríquez de Valderrábano (1500 – 1557). Entre las composiciones más destacadas cabe citar la «Fantasia que contrahaze la harpa en la manera de Ludovico» y «Diferencias sobre El conde claros» de Mudarra, las «Diferencias sobre Guárdame las vacas» de Narváez.

Sebastián de Covarrubias (1539 – 1613) nos da cuenta en su «Tesoro de la lengua castellana» (1611) de una mitología asociada a la vihuela, de carácter evidentemente griego y Pitagórico:

«Latinè dictur Lire, & barbitus siue Barbiton, la influenció della atribuyen a Mercurio, pero no acaban de concordar los autores, si la Lira de Mercurio tenia esta forma, o otra. Dixose vihuela a vigore, por la fuerça que tiene la musica, para atraer los animos de los hombres, y danle tanta que afirmã autores antiguos aver en tiempos passados florecido musicos que con la armonia deste instruménto, o de otro tal curavan enfermos, mudando los tonos hasta topar con el, que era simpatico a la complesion del enfermo, y con su sonido les reduzia sus humores a su natural estado y complesion.»
 
«Tesoro de la lengua castellana»
Sebastián de Covarrubias
Entrada Viguela

Según el autor, la vihuela de mano sería descendiente lejano del Barbiton, versión más grave de la Kithara que podía ser cítara o laúd. El instrumento griego, a su vez, deriva del Barbat bactriano, que llega a Grecia vía Persia. No existe constancia histórica de Barbiton o Barbat construidos con la caja de resonancia de la vihuela, tampoco es el caso de la lira de Mercurio. Sin embargo, y más allá del origen del instrumento, la especial asociación que hace el erudito renacentista con la teoría griega de la simpatía nos da cuenta de lo bien considerada que estaba la vihuela en la España renacentista, status que ninguna guitarra o laúd volvería a tener, ni siquiera en el presente siglo.

La guitarra renacentista, por el contrario, era un instrumento popular relegado a los aficionados, que no brindaba tantas posibilidades en este campo a causa de su reducido número de órdenes, generalmente cuatro aunque a veces también cinco, sin embargo también algunos autores de laúd y de vihuela dedicaron ediciones al instrumento, principalmente en Francia, aunque el instrumento tenía más tradición en España. Además del ya citado método de guitarra de Le Roy, que en realidad sólo se conoce su existencia por referencias al mismo, se puede destacar sus «Fantaisies, psaumes, gaillardes, allemandes, branles», «2e Livre» y «Tiers livre», con piezas extremadamente sencillas que hacen creer que era una continuación de su método y algunas con cierto aire medieval a causa de sus abundantes pedales y sus ritmos ternarios y modales. Los libros de vihuela solían contener alguna pieza para guitarra, Fuenllana escribió piezas para la que llamó «vihuela de Quatro Ordenes, Que Dizen Guitarra» e incluso para vihuela de cinco, también se encuentran tablaturas para guitarra de cuatro órdenes en el álbum de Mudarra, pero en España no hay ediciones completas para la guitarra hasta llegado el barroco. La vihuela y el laúd podían leer sin problemas una tablatura de guitarra, pero esto no funcionaba al revés, la guitarra estaba limitada a su repertorio por su número de cuerdas y principalmente era utilizada para acompañar el canto, lo que le daría importancia al llegar el barroco.

Otros cordófonos pulsados que existen en el período eran el cistro, instrumento similar en su caja de resonancia a una bandurria, con cuatro órdenes dobles y una simple o cinco órdenes. Es uno de los pocos instrumentos que se decantó por las cuerdas de metal, por lo que necesariamente adoptó al plectro como forma de lograr el sonido. Muchos instrumentos populares modernos tienen origen en el mismo. Además de la bandurria, se encuentra el Bouzouki irlandés, la guitarra portuguesa y la Waldzither alemana. Otro instrumento similar al cistro estaba presente ya en el renacimiento, la mandolina. Con una caja similar a la del laúd y cuatro órdenes dobles cuyo material podía variar de acuerdo al lugar pero generalmente poseía cuerdas de tripa. La Baldosa y el Orfeoreón son dos instrumentos populares que tuvieron presencia especialmente en Inglaterra a finales del renacimiento y podían suplantar al laúd, eran tocados con los dedos pese a sus cuerdas de metal y se distinguían por su caja de resonancia en forma de nube y sus trastes fijos de metal con ángulo variable y su puente no paralelo a la cejuela.

La revolución que supuso la aparición en 1573 de la Camerata Bardi en florencia, y el nacimiento del bajo continuo como técnica compositiva alteraría profundamente la historia de los cordófonos, que serían introducidos en la proto-orquesta barroca con una función específica, la armonía. Al fin la música había comprendido en las guitarras y laúdes a los instrumentos que mejor la armonizaban y los cordófonos pulsados a la música que funcionaba en perfecta armonía con las posibilidades del instrumento.

Ejemplos sonoros:
  1. Renacimiento
    1. Español
      1. Vihuela
        1. Luys Milán
        2. Luys de Narváez
        3. Enríquez de Valderrábano
      2. Guitarra
        1. Alonso Mudarra
    2. Francés
      1. Laúd
        1. Albert de Rippe
        2. Adrian Le Roy
      2. Guitarra
        1. Guillaume de Morlaye
    3. Inglés
      1. Laúd
        1. John Dowland
        2. Robert Johnson
      2. Mandola
        1. Thomas Morley – Fantasías
      3. Orpharion
        1. William Byrd
    4. Italiano
      1. Laúd
        1. Vincenzo Galilei
        2. Alessandro Piccinini
  2. Línea de tiempo
    1460 1470 1480 1490 1500 1510 1520 1530 1540 1550 1560 1570 1580 1590 1600 1610 1620 1630 1640
    Renacimiento
    Manierismo
    Barroco temprano
    Barroco
    Hans Judenkönig
    Vincenzo Capirola
    Luis Milán
    Hans Neusidler
    Alonso Mudarra
    Vincenzo Galilei
    Adrien Le Roy
    Esteban Daza
    William Byrd
    John Dowland

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