Figueta

El recurso laudístico llamado figueta consiste en veloces pulsaciones con pulgar e índice sobre la misma cuerda. Los laudistas lo utilizan sistemáticamente, puesto que muchos guitarristas son también laudistas ejecutan este recurso ágil y fluidamente y sin que se note la notoria diferencia tímbrica entre el pulgar e índice. Sin embargo esto no siempre es así, la velocidad standard de la figueta en grupos de cuatro semicorcheas suele rondar también los 130 b.p.m. la negra. Es posible utilizar el recurso con una voz superior en negras que toque junto con el medio, también es cómodo hacer un trémolo invertido mediante el recurso que consista en una melodía superior en negras y un bajo tremolado, pero no es frecuente ni tan ágil como el trémolo común, y siempre es más ágil separar en cuerdas diferentes al pulgar.

Barriendo

Un medio técnico asociado al toque apoyado es el barrido, similar en concepto al sweep picking de la guitarra eléctrica o el arpeggiato del violín que usa Paganini en su Capricho no. 1. La de guitarra consiste en arpegiar de la sexta a la cuarta cuerda apoyando el pulgar siempre en las cuerdas siguientes y ayudándose en las dos últimas con índice y medio para la tercera y segunda cuerda, y descender de la primera a la quinta con el dedo medio para luego volver a empezar. Ésta es la fórmula más veloz, pero mejor timbre obtiene, cuando el tempo es más lento, en tocar solo dos cuerdas con el pulgar, ayudarse con índice, medio y anular en cuarta, tercera y segunda respectivamente y barrer con el índice hasta la quinta. Esta técnica es propia de la música del siglo XX, se haya presente en el “Estudio No. 11” de Villa-lobos, en el “Concierto de Aranjuez”, en “Invocación y Danza” Rodrigo. También es un recurso típico en las tarantas y tarantos flamencos.

Apoyando

En el toque apoyado no queda libre en el aire, sino se apoya en la cuerda siguiente, lo que le otorga mayor estabilidad a la mano. El timbre del instrumento también cambia, dándole mayor cuerpo y proyección del que consigue el toque libre. Pese a esto, ya en tiempos de Sor y Aguado existía la polémica acerca de si se debe o no hacer uso del recurso y continúa existiendo al día de hoy. El problema se encuentra principalmente en que, como el dedo debe apoyarse en la cuerda siguiente, ésta siempre se apagará, lo que hace idónea a ésta técnica para pasajes melódicos, mas no para otros contrapuntísticos o armónicos. El flamenco, sin embargo, hace tiempo que ha optado por el toque apoyado para ejecutar sus virtuosísticos ‘picados’. Éstos se tratan de escalas más o menos directas que se apoyan, dándole a los mismos ese timbre tan peculiar. El toque se puede hacer tanto con digitación ternaria (a, m, i) como con binaria (m, i). Aunque con la primera se consigue más fácilmente velocidad, es la segunda la que se adapta mejor a las variantes rítmicas y saltos de cuerda. Muchos guitarristas de flamenco han destacado en el uso ágil de esta técnica, especialmente Paco de Lucía, cuyos picados de semicorchea a doscientos la negra y más son célebres. Sin embargo, el desempeño normal en grupos de semicorcheas ronda entre los 120 y los 130 b.p.m. El método de Sagreras indicaba el uso de la técnica mediante el empleo de la articulación marcato, otros autores como Rapat lo hacían mediante el tenuto. Aunque ciertamente, si se quiere especificar el empleo de la misma conviene escribir la palabra sobre alguno de estos dos símbolos, y se sobreentenderá que los mismos hacen referencia al ataque a usar.

Alzapúa

También tiene que ver con el apoyo el recurso llamado alzapúa, éste fue inventado por Sabicas y consiste en utilizar el pulgar a modo de púa, tanto en dirección hacia arriba como en dirección hacia abajo. Un uso habitual consiste en tocar apoyando en la cuerda siguiente, luego desde esa cuerda rasguear con el mismo pulgar hasta la primera velozmente en dirección hacia abajo, luego aprovechar otro rasgueo, esta vez hacia arriba, para efectuar la vuelta del pulgar. También puede darse otras posibilidades, como por ejemplo tocar tres veces un bajo articulando hacia abajo, luego arriba y abajo y rematar rasgando un acorde a partir de la cuerda siguiente. El resultado de este recurso es muy bueno y sonoro, ya que el dedo que más proyecta en la guitarra es el pulgar por tener más fuerza y grosor. Sin embargo, esta técnica es territorio exclusivo del flamenco, no se utiliza en la guitarra clásica. Sin embargo, en la guitarra clásica si recomiendan algunos guitarristas clásicos como Eduardo Fernandez una técnica similar para efectuar los trémolos continuos del cuarteto de Brouwer “Paisaje cubano con lluvia” una digitación alternativa a la forma púa, que consiste en tocar apoyando medio e índice y luego tocar la misma cuerda pero moviendo retirando los dedos en dirección contraria, el resultado es extremadamente veloz pudiendo ejecutar un guitarrista promedio un conjunto de cuatro semicorcheas con la negra 210 b.p.b.. Muy útil a la hora de hacer escalas cromáticas veloces con cambios de posición o cuerda cada cuatro semicorcheas. “Estelas” de Mauricio Ohana utiliza este último recurso.

Trémolo

El trémolo consiste en un efecto que busca emular el sustain del que gozan los instrumentos de viento y los violines. Especialmente exitoso en salas con abundante reverberación, consiste en una fórmula de la mano derecha que se repite constantemente, normalmente pulgar, anular, medio índice, en el caso del trémolo de semicorcheas. El pulgar alterna entre dos o más bajos mientras los dedos anular, medio e índice tocan una melodía cantabile. Diversas composiciones del repertorio están basadas exclusivamente en el recurso tales como la ya mencionada “Recuerdos de la Alhambra” de Tárrega, “Una limosna por el amor de Dios” de Agustín Barrios, “Estudio” de Manuel Ponce, la tercera de las “Piezas características” de Moreno-Torroba. Existe también el trémolo en el flamenco, éste no es un grupo de cuatro semicorcheas sino un quintillo de la misma unidad que algunos lo ejecutan pulgar (bajo), luego meñique, anular, medio e índice. Sin embargo, hoy quedan pocos que adoptan ésta forma, prefiriendo en general la fórmula pulgar, índice, anular, medio e índice. Es importante destacar que, aunque ha sido escrito alguno que se salía de esta norma, en el trémolo más común jamás toca el bajo junto con índice, medio u anular. Las formulas que violan lo dicho anteriormente siempre son más torpes y lentas, no aptas para un trémolo. Además, cuando alguien escribe esta rareza, los ejecutantes suelen cambiar por el trémolo habitual.

Rasgueos

También es parte de la técnica de la mano derecha el recurso del rasgueo. Este fue abandonado en el repertorio del clasicismo y tampoco se usó especialmente en el laúd. Sí en la guitarra barroca, en la que funcionaba de manera bastante similar a como se utiliza hoy en el flamenco. Existen dos formas diferentes de efectuar los rasgueados, con la muñeca o con los dedos. Evidentemente esto no quiere decir que cuando se efectúan con la muñeca no participen los dedos, sino que el origen del movimiento está en la muñeca. El flamenco utiliza más los rasgueos de dedo que los de muñeca, lo que les ayuda indirectamente en su técnica de toque apoyado. Para que el rasgueo en dirección hacia abajo sea más fuerte que el contrario se ayudan de una toba, haciendo resbalar los dedos meñique, anular, índice o medio desde el pulgar. Sus rasgueos cíclicos siempre utilizan la vuelta en dirección hacia arriba del índice para hacer retornar a los demás dedos a su posición inicial. Todos los rasgueos suelen acabar con el dedo índice en el tiempo fuerte, ya sea arriba o abajo. Los ritmos suelen funcionar a modo de adorno del tiempo fuerte, siendo frecuentes los tresillos de semicorcheas antes de una negra, que se efectúan con los dedos meñique, anular y medio que recaen en el índice, todos siempre abajo mediante tobas; o este mismo ritmo se puede efectuar con anular, medio, índice en dirección abajo y el índice arriba acentuando en el pulso. También es característico en esta música, al igual que en el rasgueo de la guitarra barroca, la ida y vuelta del pulgar en corcheas, que el guitarrista standard puede efectuarlo con la negra a 100 b.p.m., con tobas en la ida, o sin tobas a 135 b.p.m.. Algunos prefieren realizar el segundo con el dedo medio, que es utilizado en la cadencia del “Concierto de Aranjuez”. Es frecuente en este estilo acompañar el movimiento de ida y vuelta con el llamado golpe flamenco, que se efectúa con la uña del dedo anular o el meñique sobre la tapa. Este golpe puede hacerse sonar junto con el rasgueado o también en soledad. Otra variante, cuando el anular está ocupado o lejano, es golpear con la uña del pulgar del otro lado. Sin embargo estos golpes dañan la tapa del instrumento si esta no posee una chapa protectora de plástico denominada golpeador. Entre los rasgueos de muñeca que utiliza el flamenco se encuentran los que ellos denominan tresillos, siempre compuestos por tres ataques que pueden ser ejecutados fácilmente en tresillos de corchea con la negra a 160 b.p.m.:
1. Todos los dedos bajan, luego baja el pulgar para subir de inmediato. Su color es más opaco en el ataque del pulgar
2. Pulgar hacia arriba, anular hacia abajo y luego también el índice
En la música latinoamericana los rasgueos suelen practicarse con la muñeca, los dedos suelen bajar todos juntos y subir con el índice. El pulgar baja y sube. Cabe destacar el rasgueo tremolado de las rancheras, que utiliza el índice como eje mientras que la muñeca gira realizando la siguiente digitación de la mano derecha: abajo con anular y medio al mismo tiempo, abajo con el pulgar, arriba con el pulgar, arriba con medio y anular. Un golpe particular que se repite en los folclores sudamericanos consiste en rasguear con índice, medio y anular al mismo tiempo que la muñeca desciende golpeando las bordonas, ejemplos de este golpe pueden encontrarse en los rasgueados de la chacarera argentina y boliviana, en la cueca chilena y en el candombe uruguayo. También suelen incluir un golpe en las cuerdas, igual que en el folk norteamericano, cuyo timbre es más opaco o brillante según si se efectúa en la boca o los últimos trastes.

Diagramas

También los diagramas de acordes son un invento pedagógico con varios siglos en su haber. Fueron desarrollados cuando la música teatral barroca, cuya basta producción contó con el apoyo financiero los mecenas enriquecidos por el mercantilismo, innovó el concepto de cifrado armónico y la improvisación tonal. Los instrumentistas se vieron ante la necesidad de aprender rápidamente y de manera sencilla y así los métodos de guitarra barroca, un instrumento esencialmente rítmico-armónico, contaron con dibujos en los que presentaban la colocación de los dedos sobre algunos pocos trastes. Siempre cuenta con seis líneas que son las seis cuerdas, en general con lineas verticales donde los trastes más agudos suelen estar más abajo. Las líneas horizontales suelen representar a los trastes. Los puntos sobre las líneas enseñan dónde se debe colocar cada dedo. Las cruces y los ceros antes de las cuerdas a las cuerdas que no deben sonar y las cuerdas al aire respectivamente. Pueden venir acompañados de números que presentan los números de dedos, ya sea contenidos dentro de los puntos del diagrama, arriba de las cuerdas o por debajo. También es habitual un número romano, que indica el número del primer traste del diagrama, aunque cuando el primer espacio enseñado coincide con el primero simplemente se suele dibujar una cajuela mediante a una doble barra.

Ejemplo de diagrama de acordes: Clases de guitarra online

diagrama

Ilustración 3: Ejemplo de diagrama de acorde.

Otra forma de aprender los acordes que utilizan los guitarristas son los llamados diagramas de acordes. En sus comienzos, en el renacimiento, éstos fueron utilizados por los músicos amateur para acompañar música profana y canciones sencillas, que es la misma función para la que siguen utilizándose. Antiguamente se dibujaba la mano sobre colocando la postura el mástil, y el aprendiz la interpretaba como si estuviera observando a su maestro colocar la misma. En el presente se utiliza también por motivos pedagógicos, tanto para facilitar y agilizar la visión de las escalas como la de los acordes. Al ser herramienta de músicos amateur las cuerdas pueden colocarse en cualquier posición, ya sea con las cuerdas agudas a la derecha o a la izquierda, en el caso de un diagrama vertical; o con las cuerdas arriba o incluso abajo, en el caso de uno horizontal. Pero generalmente suele ser más común el diagrama vertical con la primera cuerda a la derecha y arriba el primer espacio o el diagrama horizontal con la prima arriba y el primer traste a la izquierda, como es el caso del diagrama que se puede ver en la ilustración número 2.

3. Notación en pentagrama

En el período clásico los autores experimentaron con diversas claves, desde escritura similar a la del laúd y el piano en la altura real con claves de sol y fa, pasando por la escritura en una sola clave de do, hasta finalmente decidirse por la escritura que se usa hoy en día, en clave de sol que traspone a la octava baja. Esta escritura permite que centralizar en el pentagrama al registro más usado en la guitarra, entre el E2 y el E5.

1Sebastian Virdung. Musica getutscht. 1511.

2Tania Vicente León, Análisis semiótico sobre las tablaturas para Laúd, Rev. Artes y Letras.

Campanelas

Se efectúan también con el toque libre las campanelas, que son un recurso característico de la guitarra y consisten en extraer del instrumento melodías con una sonoridad de arpa o lira que contrastan con el carácter más melódico que puede tener un pasaje con ligados guitarrísticos o un toque apoyado. Es el equivalente en la guitarra a tocar en el piano una melodía dejando presionado el pedal. Se trata de buscar en la mano izquierda posiciones de clusters cerrados y en la mano derecha arpegiar estos acordes por segundas con los dedos pulgar, índice y medio. Se suele combinar con ligaduras guitarrísticas. También se le llama de ésta forma a tocar más allá de la novena posición y combinar las notas de esas posiciones con las cuerdas al aire, cuyo resultado tímbrico es particular por acercar los timbres de las bordonas con los de las primas. Entre los guitarristas que lo usaron frecuentemente en su música cabe citar a Agustín Barrios y a los guitarristas flamencos de las primeras décadas del siglo tales como Carlos o su tío Ramón Montoya. “La espiral eterna” de Leo Brouwer utiliza especialmente este recurso.

Apagados y lasciare vibrare

Una característica más que diferencia a la guitarra del archilaúd, justamente, es que la campanela es un caso excepcional, puesto que en la guitarra se suelen evitar las resonancias simpáticas y se deben apagar los bajos y notas que no corresponden con el acorde. En instrumentos de muchas cuerdas como el archilaúd y la tiorba esto es casi imposible por el numero de cuerdas, que hace que las notas resuenen por casi todas las cuerdas. En la guitarra se apagan las notas de tres maneras posibles dependiendo de la naturaleza del pasaje, la primera consiste aprovechar la preparación de la nota siguiente colocando el dedo mucho antes de ser utilizado para tocar la cuerda; otra consiste justamente en utilizar el toque apoyado más débilmente para que no destaque y de paso apagar la cuerda que tiene la nota extraña; la última, cuando las anteriores no lo permiten, consiste en dejar esa disonancia durante el momento en el que el pulgar está ocupado, y en otro momento apagar e inmediatamente preparar la nota siguiente. Un estudio tradicional de apagados es el Nº 22 de Napoleón Coste. Sin embargo, esta no es preocupación del compositor sino del guitarrista, aunque sí debe conocer el primero que si desea que notas resuenen es mejor aclararlo en la partitura mediante a la instrucción “lasciare vibrare” y una pequeña indicación de ligadura en las notas que deben dejarse. También se recomienda, cuando no se producen disonancias pero se debe realizar un apagado aclararlo mediante a un asterisco en el momento que debe realizarse y una flecha que indica cuál es el sonido a apagar. Con técnica similar a la de los apagados se realizan los staccatos y picados en la guitarra, aunque pueden realizarse también con la mano izquierda, en la guitarra clásica se prefiere siempre que se pueda, realizarlos con la derecha.

Arpegios

Un arpegio es un acorde en el que las notas no se tocan en simultáneo sino en sucesión. En la guitarra, normalmente cuando se habla de arpegio se habla de un recurso técnico que consiste en dejar una posición más o menos fija en la mano izquierda y aplicarle una combinación de dedos en la mano derecha que puede ser más o menos larga y repetir notas. El concepto es semejante al del bajo Alberti en el teclado, donde los dedos quedan fijos y se usa una combinación cíclica. Es raro que en la guitarra no se utilice una fórmula estable, dado que la variación permanente de la fórmula es compleja de aprender, aunque esto es más característico de la música del período clásico (S. XVIII), aún así estas piezas no faltan en el repertorio.

Su utilización permanente hace que el guitarrista clásico deba pasar buena parte de sus días practicando fórmulas arpegiadas para la mano derecha. Además, es la mejor manera de ejercitar la motricidad fina de los dedos de la mano derecha. En general se practican utilizando el toque libre, aunque a veces se estudia el toque apoyando de uno de los dedos porque es frecuente en los arpegios que una de las voces tenga más movimiento melódico que la otra, lo que es necesario destacar para que se entienda la idea del compositor, y la mejor manera de destacar y darle intensidad a este sonido es mediante el toque apoyando.

Permutaciones «Pima»

Entre las combinaciones más usadas en el repertorio común se encuentran las permutaciones de pulgar, índice, medio y anular. En el libro «Técnica, Mecanismo y Aprendizaje», de Eduardo Fernández, se incluyen las veinticuatro permutaciones posibles. Sin embargo, él mismo invita a practicarlas variando las acentuaciones, para desplazar el tiempo, y/o directamente intentar no acentuar. También sugiere variar el ritmo de los ataques y ser creativo a la hora de desarrollar ejercicios derivados del mismo.

Combinaciones de cuatro dedosPermutaciones de los dedos pulgar medio e índice.
Permutaciones «Ima» con pulgar independiente

Abel Carlevaro, en su «Cuaderno No. 2» ofrece un ejercicio casi de confrontación entre los dedos índice, medio y anular contra el pulgar. El dedo índice se coloca sobre la tercera cuerda, el medio sobre la segunda y el anular sobre la tercera. Vale decir que no existe impedimento si se desea practicar estas combinaciones con el pulgar apoyado sobre la sexta o quinta cuerda sin que intervenga.

Combinaciones de tres dedosLos tres dedos se colocan sobre las tres primas.

Mientras que los dedos índice, medio y anular permutan en grupos de cuatro ataques, el pulgar sigue un ritmo independiente, cambiando de cuerda cada tiempo. Las siguientes son las posibilidades rítmicas elementales del pulgar.

Combinaciones de tres dedosRitmos que el pulgar debe ejecutar en simultaneo al ejercicio superior.

Tampoco existe impedimento si se desea utilizar una sucesión de acordes, aunque es recomendable que en estos casos el pulgar se remita a pulsar únicamente la fundamental del acorde, para evitar confusiones.